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Oveja negra es un modismo que describe a un miembro diferente, poco respetable y despreciable de un grupo, especialmente dentro de una familia. El término se relaciona generalmente con aspectos negativos, como por ejemplo rebeldía.1 Deriva de la presencia indeseable y poco común de individuos de lana negra en rebaños de ovejas, lo cual no era bueno para el criador ya que la lana de dichas ovejas no era cotizada en el mercado.
Pensemos de otra manera. Y ¿si implicara algo positivo? Me quedo con el inicio. Modismo que describe a un miembro diferente.
Pensemos en el sector de la publicidad y vuelve a mirar la foto de el encabezado.
¡Mírala!
Estoy seguro que acabas de cambiar tu percepción sobre la oveja negra. ¿Verdad? Ya no es poco respetable, ni despreciable. Ahora mola.
La oveja negra es diferente a las demás. Diferencia de la que quieres saber más. Te interesa. Te llama la atención. Nos fijamos en ella. Incluso la recordamos al cabo de un tiempo.
¿Te acuerdas de aquella oveja negra que vimos? Era única. Había pocas como ella.
Innovador es sinónimo de diferente.
Si la oveja negra tuviera un historia bonita estoy seguro que sería nuestra oveja preferida. El recuerdo sería más potente y para siempre.
Original es sinónimo de diferente.
La oveja negra genera empatía, acercamiento, ternura. Es la única que no es igual que las demás.
¿Se pueden crear ovejas negras? Sí. Pero hay que hacerlo desde el interior, desde los genes. No vale pintar con spray. La pintura se borra y desaparece.
Las marcas pueden decidir ser ovejas blancas o negras. Solo tienen que diferenciarse y no seguir al rebaño. Y se convertirán en ovejas negras.
Las marcas piden diferenciarse. Si eres diferente, la gente habla de ti. Y eso acaba otorgando autenticidad, amor, conexión, relevancia.
¿Cuántas ovejas negras conoces? Seguro que menos de las que te gustaría.
Debería haber más ovejas negras en publicidad.