Día 80.
Hoy es viernes, son las 06.30 de la mañana y estoy despierto. Me levanto y me pongo la pulsera. A partir de ahora, todo lo que haga cuenta, incluso a la hora en que me la pongo. Todo importa. Me levanto, hago ejercicio, me ducho, me visto, preparo el desayuno, navego en la red, experimento un par de contenidos, voy al aseo y salgo de casa. De esta manera, acabo de subir de nivel; he ganado 750 puntos y la medalla a la constancia. Si continuo así dos meses más, el viaje es mío.
Bajo las escaleras, mejor que el ascensor. Utilizarlo me resta puntos y es que la pulsera lo detecta todo. Entro en el garaje y subo al coche. Ahora todo está conectado y la pulsera es mi vida. El vehículo reconoce mi pulsera y, a pesar de que sé que utilizarlo es lo que más…
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